HISTORIA
Metales como el oro, la plata y el cobre,
fueron utilizados desde la prehistoria.
Al principio, sólo se usaron los que se encontraban fácilmente en estado puro (en
forma de elementos nativos), pero paulatinamente se fue desarrollando la
tecnología necesaria para obtener nuevos metales a partir de sus menas, calentándolos en un horno mediante carbón de madera.
El
primer gran avance se produjo con el descubrimiento del bronce, fruto de la utilización de
mineral de cobre con incursiones de estaño, entre 3500 a. C. y 2000 a. C.,
en diferentes regiones del planeta, surgiendo la denominada Edad del Bronce, que sucede a la Edad de Piedra.
Otro
hecho importante en la historia fue la utilización del hierro, hacia 1400 a. C. Los hititas fueron uno de los primeros pueblos en
utilizarlo para elaborar armas,
tales como espadas, y las
civilizaciones que todavía estaban en la Edad del Bronce, como los egipcios
No
obstante, en la antigüedad no se sabía alcanzar la temperatura necesaria para
fundir el hierro, por lo que se obtenía un metal impuro que había de ser
moldeado a martillazos. Hacia el año 1400 A. D
(Anno Domini). se empezaron a utilizar los hornos provistos de fuelle, que permiten alcanzar la temperatura de fusión del hierro, unos 1.535 °C.
Henry
Bessemer descubrió un modo de
producir acero en grandes cantidades con un coste
razonable. Tras numerosos intentos fallidos, dio con un nuevo diseño de horno
(el convertidor Thomas-Bessemer)
y, a partir de entonces, mejoró la construcción de estructuras en edificios y
puentes, pasando el hierro a un segundo plano.
Poco
después se utilizó el aluminio y el magnesio,
que permitieron desarrollar aleaciones mucho más ligeras y resistentes, muy
utilizadas en aviación,
transporte terrestre y herramientas portátiles.
El titanio, es el último de los metales
abundantes y estables con los que se está trabajando y se
espera que, en poco tiempo, el uso de la tecnología del titanio se generalice.
Los
elementos metálicos, así como el resto de elementos, se encuentran ordenados en
un sistema denominado tabla
periódica. La mayoría de los elementos de esta tabla son metales.
Los
metales se diferencian del resto de elementos,
fundamentalmente en el tipo de enlace que constituyen sus átomos. Se trata de un enlace metálico y en él los electrones forman una
«nube» que se mueve, rodeando todos los núcleos.
Este tipo de enlace es el que les confiere las propiedades de conducción eléctrica, brillo, etc.
Hay
todo tipo de metales: metales
pesados, metales preciosos,
metales ferrosos, metales no ferrosos, etc. y el mercado de metales es muy
importante en la economía mundial.
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